VERDADERA CRUZ Y RELICARIO DE LA SAGRADA FAMILIA

Raro relicario de plata con una fachada de vidrio, que contiene una reliquia de la Verdadera Cruz de Cristo junto con otras cinco reliquias.

El fondo está cubierto con un tejido rojo oscuro; este color, omnipresente en la liturgia cristiana, simboliza la sangre de Cristo y su sacrificio redentor. Las reliquias están incrustadas en pequeños marcos ovalados rodeados de hilo de plata que forman una composición simétrica en forma de cruz.

• • S. Josephis. Sp.
    → Sanctus Joseph Sponsus
    San José, esposo de la Virgen María

  • S. Joachim. P. B. V. M.
    → Sanctus Joachim, Pater Beatae Virginis Mariae
    San Joaquín, padre de la Virgen María

  • S. Joannis Bapt.
    → Sanctus Joannes Baptista
    San Juan Bautista

  • S. Anna Mat.
    → Sancta Anna Mater [B.V.M.]
    Santa Ana, madre de la Virgen María

  • Ex Sepul: B.M.V.
    → Ex Sepulcro Beatae Mariae Virginis
    Fragmento del sepulcro de la Virgen María
    

Buen estado con cristal original.

Sin abrir.

Sello eclesiástico e hilos de seda presentes.

ÉPOCA: siglo XVIII
DIMENSIONES: 4,5 cm × 4 cm
TAMAÑO: 1,8" × 1,6"

Este relicario está centrado en una reliquia de la Verdadera Cruz de Cristo, colocada en el corazón de la composición, lo que le confiere un valor espiritual excepcional. Alrededor de este fragmento de la Cruz —símbolo supremo de la Redención— se organizan otras cinco reliquias que forman un círculo de figuras santas vinculadas, directa o indirectamente, a la historia de la Encarnación y de la misión redentora de Cristo.

La reliquia de San José, esposo de la Virgen María, evoca al protector de la Sagrada Familia y custodio terrenal de Jesús. Las de San Joaquín y Santa Ana, padres de María, nos remiten a las raíces humanas y espirituales de Cristo a través de su linaje materno. A esto se suma San Juan Bautista, primo de Jesús y su precursor, quien lo anunció y preparó su venida. Finalmente, la reliquia "Ex Sepulcro B.M.V." proviene del sepulcro de la Virgen María, recordando su presencia en el corazón del misterio de la Encarnación, la Cruz y la Resurrección.

Así, todas estas reliquias están unidas por un vínculo profundo: rodean la Cruz como las figuras más cercanas a Cristo en su humanidad. El relicario se convierte entonces en una representación en miniatura del misterio cristiano, centrado en la Pasión del Salvador, rodeado de aquellos que prepararon, sostuvieron o acompañaron su obra redentora en la tierra.