RELICARIO DE LA SAGRADA FAMILIA

Raro relicario de bronce plateado con fachada de vidrio; el interior presenta una composición ordenada en forma de roseta, en cuyo centro se encuentra una reliquia de la Bienaventurada Virgen María, rodeada por otras siete reliquias de santos. Cada una está engastada en pequeños compartimentos ornamentales.

Cada reliquia está identificada por una etiqueta manuscrita en latín cuidadosamente recortada y fijada al soporte.

• • Vest. B.V.M.
    → Vestimentum Beatae Virginis Mariae: Fragmento del vestido de la Virgen María.

  • S. JOS. S. B. V. M.
    → Sanctus Joseph Sponsus Beatae Virginis Mariae: Reliquia de San José, esposo de la Virgen María.

  • S. Francisci S.
    → Sanctus Franciscus Seraphicus: San Francisco de Asís, fundador de los franciscanos.

  • S. Joachimi
    → San Joaquín, padre de la Virgen María.

  • S. Basile : Mag.
    → Sanctus Basilius Magnus: San Basilio Magno, Padre de la Iglesia de Oriente.

  • S. Joan : Nep : M.
    → Sanctus Joannes Nepomucenus Martyr: San Juan Nepomuceno, mártir y confesor del siglo XIV.

  • S. Stanislas Kost.
    → Sanctus Estanislao de Kostka: joven jesuita polaco, fallecido con fama de santidad en el siglo XVI.

  • S. Ignat : Loy.
    → Sanctus Ignatius de Loyola: fundador de la Compañía de Jesús (jesuitas).

Buen estado de conservación con su vidrio original.

No abierto.

Sello eclesiástico e hilos de seda presentes.

ÉPOCA: siglo XIX
DIMENSIONES: 3,5 cm × 3 cm
TAMAÑO: 1,4" × 1,2"

Las reliquias reunidas en este relicario están unidas por un hilo espiritual que asocia a la Sagrada Familia, a los fundadores de órdenes religiosas y a grandes figuras de la piedad cristiana. En el centro se encuentran fragmentos del vestido de la Virgen María, acompañados por una reliquia de San José, su esposo, y de San Joaquín, su padre. Este trío forma el corazón familiar y mariano del relicario, ilustrando las raíces humanas de la Encarnación.

Alrededor de este núcleo sagrado gravitan varios santos que representan el ideal de santidad en distintos contextos históricos: San Francisco de Asís y San Ignacio de Loyola, fundadores respectivamente de los franciscanos y de los jesuitas, encarnan dos grandes corrientes espirituales de la Iglesia: la pobreza evangélica y el celo misionero. San Estanislao de Kostka, joven jesuita polaco, y San Juan Nepomuceno, mártir del secreto de confesión, ilustran la pureza, el valor y la fidelidad al deber sacerdotal. Finalmente, San Basilio Magno, doctor de la Iglesia oriental, aporta una dimensión universal que subraya la unidad de la fe entre Oriente y Occidente.

Así, este relicario no se limita a una colección de santos aislados, sino que propone un recorrido espiritual completo, desde los orígenes familiares de Cristo hasta las grandes figuras de la Iglesia militante.