TINTERO DIABLO
TINTERO DIABLO
Envío internacional
ref: #RK00-462Este tintero de bronce, que representa al diablo sentado en posición de loto, es una obra de arte fascinante que atestigua tanto la riqueza del arte decorativo del siglo XIX como el atractivo por figuras oscuras y simbólicas. La imagen del diablo, a menudo asociada con la transgresión y la tentación, se presta aquí a una función cotidiana y utilitaria, la de contener la tinta y las plumas. Es interesante notar que las cuernos del diablo se utilizan como soportes para las plumas, una elección simbólica que mezcla tanto el instrumento de la escritura como el poder de la tentación y del pensamiento libre, a menudo percibidos como subversivos en la época.
Los dos depósitos de tinta reposando sobre sus rodillas sugieren una figura a la vez protectora y dominante, guardando celosamente estas herramientas esenciales para la creación. La bandeja en forma de concha evoca quizás el mar, elemento a menudo asociado con lo infinito y lo desconocido, reforzando la idea de que el diablo es una figura ambivalente, a la vez guía y trampa. La postura de piernas cruzadas, tradicionalmente vinculada a la meditación o la calma, contrasta con la imagen clásica del diablo atormentado y torturado, sugiriendo aquí un equilibrio entre tentación y reflexión.
Este objeto no se contenta con ser un simple tintero funcional; encarna una reflexión más profunda sobre el vínculo entre el arte, la escritura y el poder de la transgresión. Este tipo de objeto, raro y precioso, revela una fascinación por el misterio y lo oculto, al tiempo que ofrece un ejemplo único de cómo los artistas y artesanos del siglo XIX reinterpretaron figuras míticas para enriquecer la vida cotidiana de simbolismo y complejidad.
Buen estado, hermosa pátina de la doradura original
ÉPOCA : siglo XIX
DIMENSIÓN : 25cm X 15cm
TAMAÑO : 9,8" X 5,9"
En el siglo XIX, el diablo fascina profundamente la imaginación colectiva, especialmente debido a los cambios sociales, culturales y religiosos. En la era del romanticismo, escritores como Baudelaire y Goethe explotan la figura del diablo para interrogar las relaciones entre el bien y el mal, la libertad y la transgresión. El diablo se convierte en un símbolo de revuelta contra el orden establecido, encarnando el deseo de emancipación individual frente a las convenciones morales y religiosas. En las artes, a menudo se le asocia con una estética de la negrura, el misterio y lo prohibido. Esta fascinación también es alimentada por el auge del ocultismo y del esoterismo, que, en reacción a la creciente racionalidad científica, cuestionan la frontera entre lo sagrado y lo profano. Así, el diablo encarna tanto la tentación como la condenación, un reflejo de las angustias modernas y de la necesidad de evasión frente a las certezas de la época.