RELICARIO DE ALTAR, RELIQUIA DE LA CRUZ VERDADERA
RELICARIO DE ALTAR, RELIQUIA DE LA CRUZ VERDADERA
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Este relicario de altar, realizado en el siglo XVIII en bronce dorado, es una obra litúrgica excepcional, concebida para albergar y exponer una reliquia de la Verdadera Cruz de Cristo. Su estética refinada, típica de la orfebrería religiosa del barroco tardío y de los comienzos del neoclasicismo, da testimonio de una notable maestría artesanal y de un profundo respeto por los objetos de veneración.
El relicario descansa sobre una base circular finamente cincelada, decorada con motivos inspirados en hojas de acanto y volutas, elementos recurrentes en el arte sacro del siglo XVIII. Esta base sostiene un fuste esbelto en forma de balaustre, que aporta elegancia y verticalidad a la estructura.
El elemento central del relicario es un medallón ovalado, protegido por un cristal, que contiene la preciosa reliquia. Este medallón está enmarcado por una doble ornamentación: un primer círculo de pequeñas perlas en relieve, y un segundo marco más ancho compuesto por hojas de acanto finamente trabajadas, que acentúan su carácter solemne y majestuoso.
El conjunto está coronado por una cruz latina fijada en la parte superior del relicario, que subraya su carácter sagrado. Este detalle, frecuente en los relicarios del siglo XVIII, recuerda la función principal del objeto: ser un soporte para la oración y la contemplación de los fieles.
El medallón central, protegido por un cristal, alberga un fragmento de la madera de la Cruz de Cristo, dispuesto sobre un fondo textil rojo, un color que simboliza la Pasión de Cristo. Una pequeña cruz dorada está colocada en el centro, resaltando la reliquia, rodeada de delicadas arabescas doradas en filigrana, que aportan una riqueza decorativa adicional. Este tipo de presentación era habitual en la orfebrería religiosa para magnificar la presencia de la reliquia y fomentar su veneración.
Alrededor del medallón se extiende un sol radiante, compuesto por rayos alternos entre formas rectas y onduladas. Este motivo solar, emblemático de los relicarios barrocos, simboliza la luz divina y la gloria celestial. Acentúa el efecto visual de la reliquia, captando la luz ambiente y reflejándola para atraer la mirada de los fieles.
La parte trasera del relicario conserva la misma estructura radiante, lo que demuestra el cuidado prestado incluso a los detalles no visibles a primera vista.
Este relicario de bronce dorado, que contiene una reliquia de la Verdadera Cruz, ilustra perfectamente la importancia otorgada a las reliquias en el culto cristiano del siglo XVIII. Su estilo ricamente ornamentado y la calidad de su ejecución lo convierten en un objeto tanto artístico como espiritual. Probablemente estaba destinado a ser expuesto en un altar o en una capilla, donde servía como punto focal para la oración y la contemplación.
El sello de cera roja colocado por la Iglesia garantiza no solo la autenticidad de la reliquia, sino también que el relicario no ha sido abierto ni manipulado desde su sellado. Asegura así su conservación intacta, ofreciendo plena certeza sobre su procedencia e integridad.
ÉPOCA: siglo XVIII
DIMENSIONES: 28 cm x 13 cm
TAMAÑO: 11" x 5,1"
Las reliquias de la Verdadera Cruz son fragmentos de la madera sobre la cual Jesucristo fue crucificado. Según la tradición cristiana, la madre del emperador Constantino, Santa Elena, habría descubierto la Cruz de Cristo en Jerusalén en el siglo IV. Estas valiosas reliquias fueron posteriormente distribuidas entre numerosas iglesias y santuarios en toda Europa y en Oriente cristiano. Se convirtieron en objetos de gran veneración, simbolizando el sacrificio redentor de Cristo. Se crearon numerosos relicarios suntuosos para conservarlas y magnificar su presencia, a menudo realizados en oro y plata finamente trabajados.