REJA CONFESIONAL 2
REJA CONFESIONAL 2
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ref: #RK00-371Auténtica reja confesional del siglo XIX en metal esmaltado en blanco. Con su elegante diseño y acabado esmaltado, esta pieza del norte de Italia evoca el misterio y la intimidad de confesiones pasadas.
Este cuadro confesional ofrece una conmovedora reminiscencia de una época en la que los secretos se revelaban en las sombras del confesionario, creando una atmósfera fascinante llena de misterio y contrición. Una pieza de colección única que invita a la contemplación y reflexión sobre la naturaleza humana y sus secretos más profundos.
Cada muesca y patrón grabado cuenta una historia silenciosa, revelando los pecados y secretos confiados dentro del santuario sagrado del confesionario. El esmalte blanco, sobrio y cautivador, contrasta con los matices del alma humana expresados a través de los susurros de la confesión.
ERA : Siglo 19
DIMENSIÓN : 33cm X 25cm
TAMAÑO : 13" X 9,9"
Los confesionarios tienen su origen en los primeros siglos del cristianismo, donde la confesión era pública y colectiva. En la Edad Media, con el auge de la confesión individual, las iglesias comenzaron a habilitar espacios reservados para la confidencialidad de las confesiones. El uso de confesionarios separados para el sacerdote y el penitente se generalizó a partir del Renacimiento, proporcionando un lugar de intimidad propicio a la sinceridad. Esta práctica luego se extendió por todo el mundo católico, convirtiéndose en un componente esencial del sacramento de la reconciliación. Así, los confesionarios se han convertido en elementos emblemáticos de la vida espiritual dentro de las iglesias.
Los confesionarios, emblemas de la espiritualidad, son espacios íntimos donde los fieles confían en Dios a través de sus sacerdotes. Decorados con madera finamente tallada o metal ornamentado, estos santuarios ofrecen refugio al alma atormentada. En su silenciosa oscuridad, los pecados se revelan y los secretos se comparten, en un acto de contrición y redención. Los confesionarios trascienden el tiempo, vinculando el presente con las confesiones de generaciones pasadas. Cada confesionario cuenta una historia silenciosa, un testimonio de fe y arrepentimiento. Estos santuarios de confesión encarnan la promesa de la absolución y la búsqueda de la paz interior.