PAR DE PORTAVELAS DE DIABLO

Este notable par de candelabros de bronce dorado, realizados en el siglo XIX, se distingue por una iconografía singular y atrevida: dos pequeños diablos con atributos demoníacos.

Cada candelabro está centrado en la figura de un pequeño demonio, de aspecto juvenil y falsamente inocente. Desnudos y en cuclillas sobre bases frondosas de formas agitadas, estos diablos se caracterizan por cuernos prominentes en la frente, alas membranosas tipo murciélago y una expresión traviesa e incluso pícara. El contraste entre sus cuerpos infantiles y regordetes y sus rasgos infernales confiere al conjunto una estética tan inquietante como fascinante, en el espíritu del romanticismo oscuro del siglo XIX.

Los brazos de cada demonio están extendidos, sosteniendo tallos vegetales estilizados que se abren en cálices florales que sirven como portavelas. Estos tallos, finamente cincelados, imitan ramas adornadas con follaje y acentúan la teatralidad de la escena. El conjunto se apoya sobre bases caladas compuestas por hojas de acanto de formas fluidas, casi líquidas, típicas del estilo rococó reinterpretado con el gusto neobarroco del siglo XIX.

El bronce está ricamente dorado, probablemente con dorado al mercurio, una técnica tradicional que proporciona un brillo cálido y profundo. La pátina dorada realza los detalles anatómicos, las expresiones y los efectos de textura de las alas y el follaje.

Obra de fantasía u objeto de colección para un gabinete de curiosidades, este par de candelabros ilustra perfectamente la fascinación romántica por lo sobrenatural, lo grotesco y las representaciones domesticadas del mal.

ÉPOCA: Siglo XIX
DIMENSIONES: 22 cm
TAMAÑO: 8.7"