MIRILLA DE LA PUERTA DEL ANTIGUO CONVENTO TRANSFORMADA EN PRISIÓN
MIRILLA DE LA PUERTA DEL ANTIGUO CONVENTO TRANSFORMADA EN PRISIÓN
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ref: #RK00-313Esta antigua mirilla o trampilla de la puerta de la celda encarna por sí sola una parte importante de la historia de Francia, habiendo sido testigo de muchos acontecimientos importantes a lo largo de los años. Su aparente robustez, decorada con herrajes de hierro forjado, atestigua el rigor y la seguridad inherentes a su uso original.
Este notable artefacto lleva las marcas del tiempo, cada muesca y cada fibra de la madera revelan una historia única. La sólida cerradura, en perfecto estado de funcionamiento, evoca los innumerables momentos en los que garantizó la seguridad de un local que, en su día, estuvo imbuido del carácter austero de una prisión.
El pequeño detalle de la llave, una placa numerada con el número 4, añade una dimensión personal a esta reliquia histórica. Cada rotación de esta llave parecía desbloquear partes de la historia, revelando secretos y, a menudo, moviendo destinos.
El origen de este objeto se remonta al antiguo convento de la Congregación en Laon, en el norte de Francia, que sirvió como lugar de detención desde 1792 hasta su cierre en 1972. Este sitio, lleno de historia centenaria, había comenzado como un convento de las hermanas de la Congregación de Notre-Dame en 1624, erigido bajo la advocación de San Ignacio. Las monjas se mudaron allí en 1632 y, con el paso de los años, el lugar evolucionó hasta albergar un colegio de niñas en 1694.
La convulsa historia del convento no termina ahí, pues fue cerrado en 1790, convirtiéndose en centro de prisión preventiva para sacerdotes refractarios a partir de 1792 ( Los sacerdotes refractarios eran miembros del clero católico en Francia que se negaron a prestar juramento a la Constitución Civil del Clero adoptada durante la Revolución Francesa en 1790. Este juramento exigía la sumisión de los sacerdotes al Estado, lo que muchos consideraban una interferencia inaceptable en asuntos religiosos. Al negarse a prestar juramento, estos sacerdotes fueron a menudo perseguidos, arrestados y encarcelados, lo que marcó un período de tensión entre Iglesia y Estado durante la Revolución. ).
En 1831, el antiguo convento, antaño lugar de devoción y espiritualidad, sufrió una importante transformación que selló su destino en la historia. Ese año sufrió una importante metamorfosis para convertirse en institución penitenciaria, marcando así una nueva etapa en su existencia. Las paredes que alguna vez resonaron con las oraciones de las monjas y los ecos pacíficos de la vida monástica se transformaron en testigos silenciosos de las historias, a menudo oscuras y tumultuosas, de la vida carcelaria.
En el centro de esta transición, el objeto en cuestión, esta mirilla, jugó un papel crucial. Esta robusta trampilla se convirtió en la guardiana de los secretos enterrados en las celdas. A lo largo de las décadas siguientes, fue testigo de la alternancia de los pasos de las monjas y los de los guardias penitenciarios, conservando los ecos de las voces que habían recorrido los austeros pasillos de esta institución a lo largo del tiempo.
El chasquido de la llave, acompañado del crujido de la mirilla al abrirse y cerrarse, resonaba dentro de las paredes cargadas de historia. Cada giro de la llave abría un capítulo del pasado, revelando los momentos de esperanza, desesperación, arrepentimiento y redención experimentados por aquellos que habían estado retenidos detrás de estas puertas.
Así, este objeto se convirtió en testigo material de las transformaciones radicales que experimentó esta institución, pasando de la contemplación religiosa a la privación de libertad. A través de los tiempos, la mirilla persistió, dando testimonio no sólo de los cambios arquitectónicos, sino también de las historias humanas que tuvieron lugar en este lugar imbuido de una compleja riqueza histórica. Al preservar estos ecos del pasado, se convierte en un símbolo conmovedor de cómo un simple objeto puede encapsular toda una saga de vidas y acontecimientos a lo largo de los años.
Este objeto, como pieza tangible del pasado, se convierte en testigo silencioso de los momentos fuertes que marcaron la evolución de este recinto, de convento a prisión. Encarna el legado palpable de una época pasada e invita a reflexionar sobre las vidas que fueron influenciadas y moldeadas por los muros que lo rodeaban.
ERA : siglo 18
DIMENSIÓN : 34cm X 32cm
TAMAÑO : 13,4" X 12,6"