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EL NIÑO Y LA CALAVERA Pintura de Vanitas

EL NIÑO Y LA CALAVERA Pintura de Vanitas

Precio habitual €3.800,00 EUR
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ref: #RK00-799

Este pequeño cuadro atribuido a Luigi Miradori, conocido como Il Genovesino (1605–1656), presenta una escena de gran intensidad simbólica. En un marco dorado con molduras sencillas pero imponentes, el ojo descubre a un niño desnudo, de formas delicadas y carnosas, recostado sobre un cojín marrón. Su cabeza reposa con una inocencia desarmante sobre un cráneo humano, que roza a medias mientras tira suavemente de una tela blanca. La composición impresiona por la suavidad de los volúmenes y la sutileza de los tonos: el rosado luminoso de la carne infantil contrasta con la palidez ósea del cráneo, mientras que el lienzo brillante establece una transición visual y espiritual entre estos dos polos opuestos.

La imagen no se limita a una escena enternecedora: pertenece a la tradición barroca del memento mori, meditación sobre la fragilidad de la existencia. El niño, símbolo de la vida naciente, de la inocencia y de la promesa del futuro, se coloca deliberadamente en contacto directo con el emblema de la muerte. El cráneo, desnudo y frío, recuerda el destino ineluctable de toda criatura humana. La tela blanca que el niño sujeta puede interpretarse como el sudario, velo entre la vida y la muerte, pero también como signo de pureza y esperanza. Finalmente, el sueño del niño sugiere una dimensión espiritual: no es solo reposo, sino prefiguración del paso al más allá.

Con este contraste impactante, Miradori pone en práctica la estética barroca: seducir la mirada mediante la belleza y la dulzura, al mismo tiempo que suscita la reflexión moral. La obra estaba probablemente destinada a un gabinete privado o a un aficionado culto, sensible a la tensión entre el encanto de la infancia y la meditación sobre la finitud. Ilustra plenamente esta sensibilidad lombarda del siglo XVII, donde el arte se convierte en lugar de confrontación entre la gracia y la gravedad, la inocencia y la muerte, la carne frágil y el hueso eterno.

ÉPOCA : siglo XVII
DIMENSIÓN TOTAL CON MARCO 17 cm x 14 cm
TAMAÑO CON MARCO : 2.7" x 5.5"

Luigi Miradori, más conocido con el nombre de Il Genovesino, nació en Génova hacia 1605 y murió en Cremona en 1656. Pintor del barroco italiano, recibió su formación en el ambiente artístico genovés, marcado por la influencia de Rubens y Van Dyck, de quienes asimiló el sentido del color y de la composición. Establecido en Cremona a partir de la década de 1630, se impuso rápidamente como una de las figuras principales de la ciudad lombarda. Su estilo combina el vigoroso naturalismo del caravaggismo, perceptible en los juegos de luz y sombra, con una sensibilidad colorista propia de la escuela genovesa. Miradori realizó numerosos retablos y frescos para las iglesias de Cremona, cultivando al mismo tiempo el gusto por las escenas profanas, las alegorías y las composiciones de vanitas. Sus cuadros se distinguen por intensos contrastes lumínicos, una verdad a veces áspera en la representación de los rostros y una fuerte expresividad dramática. Gracias a esta originalidad, ocupa un lugar singular en el arte barroco italiano del siglo XVII, entre la tradición caravaggista y la invención personal.

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