CORTAPAPEL DIABLO
CORTAPAPEL DIABLO
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ref: #RK00-456Este cortapapeles de bronce, diseñado al estilo de Jean-Jacques Feuchère, escultor renombrado del siglo XIX, es una pieza a la vez funcional y artística, que refleja el atractivo del neogótico y la imaginería oscura de la época. La decoración neogótica, caracterizada por sus formas complejas y sus motivos inspirados en la arquitectura medieval, evoca aquí una atmósfera de misterio y terror, temas a menudo asociados con el diablo. Feuchère, famoso por sus representaciones del demonio, marcó su época con obras que exploran la dualidad del hombre, dividido entre el bien y el mal, la luz y la sombra.
El diablo, figura central de este cortapapeles, se erige imponente y amenazante sobre un alma envuelta en un sudario, símbolo poderoso de la muerte y la condenación. La presencia del alma, reducida a la impotencia bajo la dominación del demonio, subraya la influencia del diablo sobre los destinos humanos, una visión común en el arte del siglo XIX. Este tema resuena con el creciente interés de la época por los temas ocultos y macabros, a menudo utilizados para expresar las angustias colectivas ante los trastornos sociales y los nuevos descubrimientos científicos.
Las alas del diablo, esculpidas con una minuciosidad notable, no son simplemente elementos decorativos: forman la hoja del cortapapeles, combinando así la funcionalidad con la estética. Esta fusión entre el objeto utilitario y la imaginería mítica confiere a esta pieza una dimensión simbólica fuerte. Las alas, tradicionalmente asociadas con la libertad y la elevación, se convierten aquí en instrumentos de corte, representando quizás la manera en que el diablo corta los lazos entre las almas y la salvación.
Este cortapapeles, como sello, también tiene otro significado: el sello, a menudo asociado con la autoridad y la firma oficial, simboliza aquí el poder del diablo sobre la vida y la muerte, o sobre los pactos sellados con él. En una época en la que el arte del sello era un medio para afirmar la identidad y la autoridad, la asociación con el diablo refuerza la idea de pacto o de trato faustiano, una temática omnipresente en la literatura romántica.
Esta obra, por su influencia gótica y su representación del diablo, encarna una fascinación por el mal y la decadencia que atravesaba la sociedad del siglo XIX. A la vez un objeto de contemplación y una herramienta del día a día, atestigua el genio artístico de su época y la importancia del diablo como figura cultural y simbólica en el arte decorativo.
El sello puede ser fácilmente borrado y grabado por un buen artesano grabador
ÉPOCA : siglo XIX
DIMENSIÓN : 24cm
TAMAÑO : 9,5"
En el siglo XIX, el diablo suscita una fascinación intensa, reflejando los trastornos sociales, religiosos y filosóficos de la época. Con el auge del romanticismo, autores como Goethe en Fausto o Baudelaire en Las Flores del Mal exploran la figura del diablo para cuestionar las nociones de libertad, de revuelta y de transgresión. El diablo se convierte en un símbolo de resistencia contra las normas morales y religiosas, encarnando el deseo de emancipación individual. Paralelamente, el auge del ocultismo y del esoterismo traduce un rechazo de la razón pura y una búsqueda de misterio, reforzando el interés por las fuerzas oscuras. En la literatura, en la pintura o en las artes decorativas, el diablo aparece como una figura ambivalente, a la vez tentador y espejo de las angustias existenciales modernas. Esta fascinación revela las tensiones entre tradición y modernidad, entre ciencia y fe, y el deseo de explorar las zonas de sombra del alma humana.