RELICUARIO SAGRADO CORAZÓN 3 SANTOS
RELICUARIO SAGRADO CORAZÓN 3 SANTOS
Envío internacional
ref: #RK00-396Raro marco relicario ovalado de madera negra con fondo de terciopelo negro decorado con un sagrado corazón, papelillos, flores y follaje dorado, albergando 3 reliquias de santos y una reliquia del bosque de avellanos donde Marguerite-Marie Alacoque se encontró con Jesucristo.
Muy bonito trabajo de convento
Bse m-M Alacoque : Bienaventurada Margarita-María Alacoque
Santa Chantal : Santa Chantal
San Francisco de Sales : San Francisco de Sales
Con su cristal original. Sin abrir
Dos sellos eclesiásticos cierran la parte posterior del relicario.
Una etiqueta en francés: "Del bosque de avellanos donde N.S. apareció a la Bienaventurada Margarita María."
ÉPOCA : siglo XIX.
DIMENSIÓN : 17,5cm X 14,5cm
TAMAÑO : 6,9" X 5,7"
Margarita-María Alacoque, monja francesa de la orden de la Visitación en Paray-le-Monial, fue testigo de varias visiones de Cristo. En junio de 1674, en la luz matutina que inundaba el convento de la Visitación en Paray-le-Monial, Margarita-María comenzaba su día con la oración matutina junto a sus hermanas. Agradecida por una noche de sueño tranquilo, el buen tiempo y su salud recuperada gracias a una intervención divina un año antes, agradecía a Dios por sus innumerables bendiciones desde la infancia. Sin embargo, se aseguraba de no perturbar la tranquilidad de sus compañeras con un exceso de devoción.
Después de un modesto desayuno, Margarita-María se ocupaba de las tareas habituales del establo, una tarea que la mayoría de las hermanas encontraban ingrata pero que, para ella, ofrecía un tiempo precioso de soledad para rezar en voz alta.
Una vez que los animales estaban cuidados y alimentados, se retiraba a su lugar de oración favorito, bajo un bosque de avellanos, donde podía comunicarse con Dios en completa tranquilidad.
Esa mañana, una voz familiar la llamó por su nombre. Al volverse, se encontró cara a cara con Cristo, cuya apariencia desgarrada y afligida la conmovió profundamente. Cristo le reveló entonces su corazón en llamas, símbolo de su amor infinito por la humanidad, pero también de la tristeza causada por la ingratitud de los hombres hacia ese amor.
Entonces le confió la misión de promover la devoción al Sagrado Corazón en Francia, asegurándole que su mensaje sería escuchado por aquellos que estuvieran dispuestos a escuchar.
Aunque aterrada por la perspectiva de compartir este vínculo privilegiado con lo divino, Margarita-María aceptó la misión con humildad. Con el apoyo de su confesor, san Claudio de la Colombière, difundió la devoción al Sagrado Corazón primero en su monasterio, y luego en toda la Iglesia católica.
Falleció el 16 de octubre de 1690, recitando los nombres de Jesús y María, y fue canonizada por el papa Benedicto XV en 1920.