Santa Colette nació el 13 de enero de 1381 en Corbie, localidad situada al norte de Francia. Era hija de un tejedor rico. Desde muy joven mostró signos de piedad y profunda devoción religiosa. A la edad de 18 años, Colette ingresó en un monasterio de clarisas en Corbie, donde hizo sus votos religiosos y adoptó el nombre de Colette en honor a San Nicolás.
Reforma de la orden de las Clarisas:
Colette es mejor conocida por su reforma de la Orden de las Clarisas, una rama de la orden franciscana fundada por Santa Clara de Asís. En su época, muchos conventos de clarisas habían perdido la disciplina monástica y la estricta observancia de las reglas religiosas. Colette, animada por un celo ardiente por la reforma de la Iglesia, sintió la llamada a restablecer la vida monástica según los principios franciscanos originales.
En 1406, con la aprobación de la orden franciscana, Colette fundó un nuevo convento en Besançon, Francia, que se convirtió en el primer convento reformado de las Clarisas. Introdujo la observancia rigurosa de las reglas franciscanas, incluida la estricta pobreza y la austeridad de vida, así como la práctica del encierro monástico, lo que significaba que las monjas no debían abandonar el convento. Esta reforma suscitó controversias y resistencias, pero finalmente fue aprobada por el Papa Martín V en 1431.
Viajes y fundaciones:
Tras el éxito de su reforma en Besançon, Colette emprendió un viaje por Europa para fundar nuevos conventos reformados de clarisas. Viajó por Francia, Saboya, Bélgica, Países Bajos y Alemania, reformando varios conventos en el camino. Su influencia espiritual y su reputación de santidad la precedieron, y fue ampliamente recibida en las ciudades y regiones que visitó.
Muerte y canonización:
Santa Colette murió el 6 de marzo de 1447 en Gante, Bélgica. Había pasado su vida trabajando por la reforma de la orden de las Clarisas y promoviendo la auténtica vida religiosa. Fue canonizada en 1807 por el Papa Pío VII.
Legado :
El legado de Santa Colette reside principalmente en su exitosa reforma de la orden de las Clarisas, que restauró la disciplina y la piedad dentro de esta orden religiosa. Su ejemplo de devoción, caridad y perseverancia sigue inspirando a los cristianos, especialmente a los dedicados a la vida religiosa. Muchos conventos de las Clarisas Reformadas, llamados “Claras Pobres Coletinas”, todavía existen hoy y perpetúan el legado espiritual de Santa Colette al vivir de acuerdo con los principios que ella restableció.