San Amerino fue un santo de la Edad Media, conocido por haber vivido en el siglo VI. Ella era originaria de la ciudad de Saintes, Aquitania, Francia.
Se conocen pocos datos sobre su vida, pero se sabe que era hija de Gontran, rey de Borgoña, y de Sichilde, princesa de Borgoña. Tenía un hermano, San Gontran, que también se convirtió en santo.
Amerine se crió en la fe cristiana y decidió dedicar su vida a Dios. Se unió a un monasterio, donde dedicó su tiempo a la oración y al estudio de la Biblia. También fue conocida por su gran caridad hacia los pobres y los enfermos, y la gente de su pueblo la consideraba una santa.
Después de su muerte, Amerine fue canonizada por la Iglesia Católica Romana y se la conoció como Santa Amerine. Su fiesta se celebra el 23 de enero.
Además de su santidad, Amerine también es conocida por su belleza y gracia. A menudo se la representa en el arte religioso, generalmente rezando o distribuyendo comida a los pobres.
Aunque se dispone de poca información sobre su vida, Santa Amerine se ha mantenido como una figura importante en la historia de la religión católica y es honrada por muchos fieles en todo el mundo.
