Santa Margarita María de Alacoque, nacida el 22 de julio de 1647 en Janots en el diócesis de Autun en Francia, y fallecida el 17 de octubre de 1690 en Paray-le-Monial, es una figura emblemática del catolicismo, especialmente conocida por su promoción de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Juventud y Vocación:
La juventud de Margarita María de Alacoque estuvo impregnada de una profunda espiritualidad y marcada por experiencias místicas que orientaron su vocación religiosa.
Proveniente de una familia humilde pero profundamente piadosa, Margarita nació el 22 de julio de 1647 en Janots, en el diócesis de Autun en Francia. Desde temprana edad, mostró signos de intensa devoción hacia la Virgen María y desarrolló un fuerte apego a la fe católica. Su familia, imbuida de esta piedad, ciertamente contribuyó a cultivar su temprano despertar espiritual.
No obstante, lo que realmente caracterizó su juventud fueron las experiencias místicas que vivió. Margarita afirmaba tener visiones y experiencias místicas desde muy joven, manifestaciones espirituales que la sumergían en una profunda comunión con Dios. Estas experiencias místicas, aunque a menudo desconcertantes para ella misma y para su entorno, fortalecieron su deseo de consagrar su vida a Dios.
A los 24 años, Margarita respondió a este llamado interno y se unió a las Visitandinas, una orden religiosa fundada por San Francisco de Sales y Santa Juana de Chantal. Las Visitandinas eran conocidas por su carisma de dulzura y humildad, lo cual se alineaba perfectamente con el alma sensible y devota de Margarita. Cruzó el umbral del monasterio con determinación, pronunciando sus votos perpetuos en 1672, comprometiéndose así a una vida de oración, castidad y servicio.
Su ingreso a las Visitandinas marcó el comienzo de un período de intensa formación espiritual para Margarita. Se dedicó al estudio de las Escrituras, a la oración y a la contemplación, profundizando así su relación personal con Dios y preparándose para la misión que le esperaba: la de difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, una misión que transformaría su vida e influenciaría la espiritualidad cristiana en los siglos venideros.
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Las Revelaciones del Sagrado Corazón:
Las revelaciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque son el centro de su experiencia mística y de su misión espiritual. Estas revelaciones, que tuvieron lugar entre 1673 y 1675 en el convento de Paray-le-Monial, fueron momentos de gracia y comunión intensa con Cristo para Margarita.
Según los relatos de Margarita, durante estas visiones, fue transportada a una profunda contemplación del misterio del Sagrado Corazón de Jesús. En estos momentos de gracia, afirmaba haber sido visitada por el propio Cristo, quien le reveló la profundidad de su amor por la humanidad a través de su corazón sagrado. Cristo le habría mostrado a Margarita su corazón ardiente de amor, símbolo de su amor divino y de su infinita misericordia hacia los hombres.
En estas revelaciones, Cristo habría encomendado a Margarita una misión particular: la de difundir la devoción a su Sagrado Corazón y reparar las ofensas cometidas contra Él por la ingratitud de los hombres. Le habría pedido promover una fiesta litúrgica en su honor, para que los fieles pudieran celebrar y honrar su amor divino de manera específica. Esta fiesta, conocida hoy como la Fiesta del Sagrado Corazón, se celebra el viernes siguiente a la fiesta de Corpus Christi, es decir, el tercer viernes después de Pentecostés.
Margarita María también hizo hincapié en la necesidad de la comunión reparatoria el primer viernes de cada mes, una práctica que se convertiría en central en la devoción al Sagrado Corazón. Esta comunión era vista como un acto de reparación por los pecados cometidos contra el Sagrado Corazón de Jesús, una oportunidad para que los fieles se acerquen a Dios y renueven su compromiso con Él.
Así, las revelaciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque no solo fueron experiencias místicas profundas, sino también el punto de partida de una devoción que influiría significativamente en la espiritualidad cristiana, poniendo énfasis en el amor misericordioso de Dios y la necesidad de reparar los pecados a través de la oración y la devoción.
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Oposición y Reconocimiento:
Cuando Margarita María de Alacoque comenzó a difundir la devoción al Sagrado Corazón, se encontró con una notable oposición, incluso dentro de su propia orden religiosa. Algunos miembros de las Visitandinas dudaban de la veracidad de sus experiencias místicas y cuestionaban la legitimidad de su misión. Margarita María se enfrentó a críticas e incomprensiones, pero se mantuvo firme en su convicción de que sus visiones eran auténticas y provenían de una fuente divina.
No obstante, Margarita María contó con el valioso apoyo de su director espiritual, el Padre Claude de la Colombière. Este último, un jesuita reconocido por su profunda espiritualidad y discernimiento, creyó en la sinceridad de Margarita y la apoyó en su misión. Su acompañamiento espiritual fue crucial para Margarita María, brindándole apoyo moral y orientación en momentos de duda y dificultad.
A pesar de las resistencias internas, la devoción al Sagrado Corazón comenzó a difundirse gradualmente, impulsada por la fervor y convicción de Margarita María, así como por el creciente apoyo de numerosos fieles y miembros del clero que reconocían la profundidad espiritual de sus enseñanzas.
Un momento decisivo en el reconocimiento de la devoción al Sagrado Corazón fue el año 1688, cuando el rey Luis XIV de Francia, apodado el Rey Sol, se enteró de las revelaciones de Margarita María. Conmovido por la gracia divina y convencido de la veracidad de la devoción, Luis XIV hizo una confesión pública de sus pecados, marcando así un significativo apoyo real a esta práctica espiritual emergente. El reconocimiento real otorgado a la devoción al Sagrado Corazón confirió una importante legitimidad al trabajo de Margarita María y contribuyó a su difusión en la sociedad francesa de la época.
Con el tiempo, las dudas y oposiciones iniciales fueron superadas gradualmente, y la devoción al Sagrado Corazón se volvió cada vez más extendida, no solo en Francia, sino en todo el mundo. La Iglesia católica reconoció oficialmente la legitimidad de la devoción al Sagrado Corazón, confirmando así la misión de Margarita María de Alacoque y su excepcional contribución a la espiritualidad cristiana.
Legado y Canonización:
Al fallecer a los 43 años, Santa Margarita María de Alacoque dejó un legado espiritual de notable profundidad. Su ferviente devoción al Sagrado Corazón de Jesús, alimentada por sus experiencias místicas y su compromiso religioso, continuó irradiando mucho más allá de su vida terrenal.
Inmediatamente después de su muerte, los escritos de Margarita María comenzaron a difundirse y estudiarse, contribuyendo así a la rápida propagación de la devoción al Sagrado Corazón. Sus enseñanzas, especialmente sus cartas y escritos espirituales, fueron recopilados y publicados, permitiendo a un público más amplio descubrir y comprender la profundidad de su relación con Cristo y la importancia de la devoción al Sagrado Corazón en su vida espiritual.
Los discípulos de Margarita María también desempeñaron un papel crucial en la difusión de su devoción. Viajaron por Francia y más allá, compartiendo con celo su mensaje y enseñanzas, contribuyendo así a difundir la devoción al Sagrado Corazón en muchas regiones del mundo.
El legado espiritual de Margarita María fue oficialmente reconocido por la Iglesia católica varios siglos después de su muerte. En 1864, el Papa León XIII la beatificó, reconociendo así su estatus de bienaventurada y su importancia para la espiritualidad cristiana. Luego, en 1920, el Papa Benedicto XV la canonizó, declarándola santa de la Iglesia católica. Esta canonización oficial confirmó la autenticidad de su santidad y su testimonio de fe.
Hoy en día, Santa Margarita María de Alacoque es venerada como una de las grandes místicas del catolicismo y una figura emblemática de la devoción al Sagrado Corazón. Su vida y enseñanzas continúan inspirando a muchos fieles en todo el mundo, invitándolos a profundizar su relación con Jesucristo y a responder a su amor misericordioso con un corazón agradecido y amoroso. Su ejemplo de fe, humildad y devoción sigue siendo una fuente de inspiración y consuelo para todos aquellos que buscan vivir una vida cristiana auténtica.
Santa Margarita María de Alacoque encarna la profundidad de la devoción cristiana y el poder de la experiencia mística en la vida de los creyentes. Su testimonio nos recuerda la importancia del amor misericordioso de Dios y la necesidad de responder a ese amor con una vida de oración, reparación y servicio a los demás. Al difundir la devoción al Sagrado Corazón, dejó un legado espiritual duradero que continúa enriqueciendo la fe de muchos fieles a lo largo de los siglos.
Las reliquias de Santa Margarita María de Alacoque
Las reliquias de Santa Margarita María de Alacoque se conservan en la capilla de la Visitación en Paray-le-Monial, en Borgoña, Francia, donde vivió la mayor parte de su vida religiosa. La capilla, construida en 1720, alberga un relicario de plata que contiene los restos de la santa, que fueron trasladados desde la cripta de la iglesia de Paray-le-Monial en 1864.
El relicario es de forma ovalada y mide aproximadamente 50 centímetros de altura. Está decorado con ornamentos de plata cincelada, incluyendo representaciones del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen María. El relicario contiene una gran parte de los huesos de Santa Margarita María, así como una reliquia del vestido que llevaba cuando ingresó en la Orden de la Visitación de Santa María.
La capilla de la Visitación es un lugar de peregrinación para los fieles que vienen a honrar a la santa y a rezar por su intercesión. Cada año, miles de peregrinos visitan la capilla para venerar las reliquias de Santa Margarita María y participar en las celebraciones de su fiesta, que se celebra el 16 de octubre.
Las reliquias de Santa Margarita María también son veneradas en otros lugares, como en la basílica del Sagrado Corazón de Montmartre en París. Esta basílica, que fue construida a finales del siglo XIX para celebrar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, alberga un relicario que contiene una pequeña parte de los huesos de la santa. Los fieles pueden venerar esta reliquia durante su visita a la basílica.
1 comentario
Bjr Jésus demandez d avoir l eucharistie le 1jeudi de chaque mois ? Et quoi d autre ? Je ne connais pas du tout .merci beaucoup