Santa Angela de Merici, también conocida como Santa Angela Merici, fue una monja italiana del siglo XVI que dejó un legado duradero como fundadora de la Orden de las Ursulinas y pionera en la educación de la mujer. Su vida ejemplar y su dedicación a la educación abrieron nuevos caminos a la mujer en la sociedad y en la Iglesia.
Angela nació en 1474 en Desenzano del Garda, un pequeño pueblo en el norte de Italia. Proveniente de una familia piadosa, fue criada en la fe católica y desarrolló una profunda devoción espiritual desde temprana edad. A pesar de las muchas restricciones sociales que limitaban el acceso a la educación para las mujeres en ese momento, Angela anhelaba algo más grande.
Inspirada por una visión mística, Ángela sintió el llamado de Dios para dedicarse a la educación de las jóvenes. Convencida de que la educación era el medio para promover el desarrollo espiritual e intelectual de la mujer, fundó la Orden de las Ursulinas en 1535 en Brescia, Italia. Las Ursulinas eran monjas comprometidas con la vida en el mundo y no en los claustros, para dedicarse a la educación y formación de las jóvenes.
Ángela reconoció la importancia de la educación para las mujeres en una sociedad donde su papel a menudo se restringía a la vida doméstica. Ella creía que las mujeres necesitaban ser educadas para que pudieran influir positivamente en su comunidad y vivir plenamente su vocación cristiana. Bajo su dirección, las Ursulinas abrieron escuelas para niñas, donde recibían una educación religiosa, académica y práctica.
Además de la educación, Angela también enseñó la importancia de la caridad y la compasión hacia los menos afortunados. Animó a sus hermanas a participar en obras de caridad y ayudar a los enfermos, los huérfanos y los pobres. Su ejemplo de servicio desinteresado inspiró a muchas mujeres a seguir sus pasos y dedicar su vida a amar a los demás.
Santa Ángela de Merici dejó un legado duradero. Su orden, la Orden de las Ursulinas, se extendió rápidamente por Europa y más allá, estableciendo escuelas para niñas en muchas áreas. Su labor en la educación de la mujer rompió las barreras sociales y amplió los horizontes de la mujer de la época.
El 24 de mayo de 1807, Ángela fue canonizada por el Papa Pío VII. Ella es venerada hoy como santa en la Iglesia Católica y reconocida como una figura emblemática de la educación femenina y el empoderamiento femenino.
Santa Ángela de Merici encarna la fuerza de la convicción y la capacidad de transformar la sociedad a través de la educación. Su dedicación para empoderar a las mujeres a través del aprendizaje sigue inspirando y guiando a educadores y mujeres de todo el mundo. Su legado sigue vivo a través de las Ursulinas, quienes continúan su misión de educación y servicio, llevando la antorcha encendida por esta notable mujer de fe.
